Després d’una i mil proves amb blogs compartits amb excel·lents companys/es m’he decidit a la meva joventut acumulada – expressió escoltada darrerament- a publicar aquest blog.
Si les meves frases acompanyades de les fotografies de la M. Rosa, la meva parella, us són grates ambdós ens trobarem satisfets de què la nostra modesta tasca sigui del vostre interès.


dilluns, 6 d’abril del 2020

TOT VA COMENÇAR FA MOLTS ANYS I

Aquest relat, mig en castellà, mig en català, va néixer d'un repte proposat per una de les companyes: Escriure en l'idioma que ens van fer aprendre de petits a col·legi.

Esta historia se inicia en un pequeño pueblo andaluz de casas con paredes enjalbegadas y callejones tortuosos. Es la caída de la tarde, en aquella hora que hay que aprovechar las primeras sombras, que alivian del fuerte sol del dia. Dos mujeres, dos comadres, están sentadas en el banco de una plazuela. Una fuente en el centro, deja caer un grato chorro de agua que refresca el ambiente. Una de les dos mujeres, podría ser la más joven se dirige a la otra y le pregunta curiosa.
¾     Pero María, quilla.
¾     ¿Qué quieres, Rosarillo?
¾     Yo, no más una preguntita. Si no te molesta, oye.
¾     Ya eres curiosa ya, comadre.
¾     Verás… ¿Cómo es que la Cristinilla sale a las tardes corriendo como si la llevara el viento? Cuando va calle abajo los pies no le tocan ni en el suelo.
¾     ¿Ay comadre! Eso, es el amor.
¾     ¿El amor? Tú estás loca! Pero si tu hija es una cría. ¿Qué tiene? Siete años. ¿Y el noviete?
¾     Solo ocho.
¾     ¿Solo ocho? ¡Paisana!!!
¾     Si hija, pero qué quieres que le haga, como son así. Yo me digo que total qué pue pasar, qué! Ni chicha ni limoná.
¾     Ay Dios, que comienza pronto la criatura. Y total pa qué?
¾     Mujer! Yo tengo unos hijos majísimos.
¾     Anda ya! Pero yo hija.  Na de na!
¾     Qué le vamos a hacer Rosarillo? Tu hombre le da mucho a la botella y a la noche es que no ve ni las esquinas. Yo no dormiría con semejante verraco.
¾     Si solo durmiera!
¾     Dale agua, a lo mejor se calma.
¾     ¿Pa qué?  Entonces no hay quien lo aguante, más vale que duerma. Se pone de un cafre que no hay quien pare sano.
¾     Hija, que mal te veo!
¾     ¿Y que lo digas! Hasta telarañas tengo de no usarlo.
¾     ¡Pobre Rosarillo!
¾     No te preocupes, jardín que unos no cuidan, otros lo aprovechan.
¾     María, por Dios!

Como ha pasado en muchas ocasiones esta manera de vivir se ve trastocada por la realidad. Poco tiempo después las dos familias de los críos enamorados emigraron en busca de un mundo mejor para educar a sus hijos.

Les padres del niño caló emigraron, primero a Francia, i después a Alemania donde se establecieron definitivament. La familia de la Cristina emigró a Catalunya.

Ha pasado muchos años y la distancia ha separado a las dos criaturas que han emprendido diferentes caminos. La realidad de la vida ha marginado el conato de amor infantil.

Continuarà ...

Miquel Pujol Mur